Introducción
• Las condiciones ambientales de Chile ofrecen un gran potencial para el cultivo de cebada de calidad. Practicas de manejo oportunas y una buena nutrición son claves para hacer de este cultivo una actividad sostenible y rentable.
• El aporte suficiente y oportuno de elementos como el fósforo (P), azufre (S) y zinc (Zn) permiten mejorar el crecimiento y desarrollo del cultivo. • Fuentes como el súper fosfato triple (TSP), o el fosfato monoamónico (MAP), han sido el manejo tradicional por varias décadas. • MicroEssentials SZ, elaborado por The Mosaic Company, es una fuente innovadora en el aporte de nitrógeno (N), P, S y Zn. Su tecnología patentada Fusion® permite una distribución uniforme y una mayor disponibilidad de estos cuatro nutrientes esenciales para el cultivo de cebada.
Detalles del Ensayo
CULTIVO: Cebada (Hordeum vulgare) Var. Traveler
ÉPOCA Y UBICACIÓN: Dos sitios-años. Año 2017 localidad Santa Sara y año 2018 localidad Elizabeth. Araucanía IX región. Chile.
TRATAMIENTOS: • MicroEssentials S9 (10-46-0-9S) • MAP (11-52-0) • TSP (0-46-0-18 CaO)
DOSIS: Todos los tratamientos recibieron 120 kg/ha de P2O5 aplicado al establecimiento del cultivo. La dosis de N fue de 175 kg/ha en todos los tratamientos. El tratamiento MicroEssentials S9 por su composición recibió 24 kg/ha de S de forma adicional.
DISEÑO EXPERIMENTAL: Bloques completos al azar, 3 tratamientos, 4 repeticiones, 52.8 m2 como unidad experimental.
CONDICIONES: El cultivo se desarrolló bajo prácticas locales tradicionales. Densidad de siembra de 170 kg/ha de semilla. En promedio los análisis de suelos reportaron 11% de M.O., 5.6 pH, 23 ppm de P y 0.42 ppm de Zn.
Resultados
• Se evidencia diferencias a nivel de rendimiento para cada una de las fuentes utilizadas. Bajo las condiciones en las cuales se ejecutaron los ensayos, MicroEssentials SZ tuvo mejor rendimiento que TSP y MAP.
• Se observó un incremento con MicroEssentials SZ de 595 kg/ha (8.5%) con respecto al TSP, y de 804 kg/ha (12%) con respecto al MAP (Gráfica 1).
• Lo anterior demuestra como el cambio hacia fuentes más eficientes en el aporte de fósforo, azufre y zinc logra impactar positivamente el rendimiento del cultivo de la cebada, en comparación al uso de las fuentes tradicionales tipo TSP o MAP.